Mi abuelo

Alix Gallardo
6 min readJan 16, 2021

Desde muy pequeña he tenido un gran respeto por él, verlo convivir como esposo, amigo, papá y abuelo.

Este texto es para agradecer a mi abuelo todo lo que hizo por mí y compartirles su historia.

Nació un 8 de Noviembre de 1919, en la Ciudad de México. Su mamá era originaría de Xochimilco, México y su padre de Okinawa, Japón.

Hace muchos años, para ser exactos 1987, su papá, mi bisabuelo Genrio Namihira y su hermano Genkuan Namihira originarios de Naha,(que en ese entonces pertenecía al reino Reykiu y no a Japón), dentro de una isla llamada Okinawa, al sur de Japón llegaron a Salina Cruz, Oaxaca. Sus padres: Matuka Hana y Genbo Namihira.

Namihira, significa Olas Tranquilas, lo contrario a Tsunami.

Pexels: Pok Rie

¿Cómo fue que llegaron a Salina Cruz?

Ese no era el plan inicial, el plan era llegar a San Francisco, Estados Unidos, en barco. Así fue como ellos decidieron esconderse en un barco de agricultores para escapar de las misiones de las guerras (me llegó a contar mi abuelo que los mandaban a Manchuria), Genrio era militar y Genkuan marino, así que buscaban ir a otras tierras con otro futuro.

Bueno, al final no desembarcaron en San Francisco, fueron engañados y traídos como esclavos para sembrar caña en Chiapas. Se calcula que cuando llegaron habrán tenido 19 y 20 años aproximadamente.

Jóvenes y fuertes por pelear en guerras pasadas y aguantar fríos extremos en Manchuria durante las guerras con los chinos, lograron sobrevivir. Sin embargo muchos del grupo murieron por malaria, fiebre amarilla y condiciones climáticas. En total eran unos 35.

Pexels: Chennawit Yulue

Es cierto que los japoneses son los más longevos, en una página de ancient faces encontré lo siguiente:

Sin mencionar que mi abuelo tenía 97 años, murió en 2017.

Sus hermanos eran en total 6, mi abuelo era el más grande de los 2 hombres, 4 mujeres que trabajaron desde jóvenes para que su hermano más pequeño pudiera asistir a la escuela y tener una carrera, lo cual logró siendo un abogado reconocido en la Ciudad de México.

Mi abuelo asistió a la primaria Benito Juárez, situada en la calle de Jalapa en la colonia Roma, de la Ciudad de México.

*Dato curioso: Como la vida da muchas vueltas, quién iba a imaginar que yo iba a terminar viviendo más de 10 años de mi vida en esa ciudad de Veracruz.

Bueno, regresando a la conversación, me contó que él iba y regresaba solo de la escuela para su casa y caminaba rodando una llanta sin cámara, rodeado de campos de girasoles, en ese entonces, ahora viaducto. Me lo imagino en un escenario similar a este:

Pexels: Peter Fazekas

Le pregunté varias veces “¿ Y tus papás? ¿No te llevaban a la escuela? ¿Qué te contaban?” a lo que me contestaba: “Mi papá nunca tuvo tiempo, ¿a qué hora? si siempre estaba trabajando y mi mamá también.”

Su familia era muy pobre, rentaron en varias casas de la Roma y trabajaban todo el día para darles lo mejor a sus hijos. Olvídate de platicar en sobremesa o tener un paseo familiar. Aparte de que su papá no hablaba una palabra de español cuando llegó a México, y su mamá de Tláhuac hablando español. No me imagino cómo se habrán entendido. Eso se llama Amor.

Su mamá trabajaba en casa, su papá ahorró dinero y compró un auto, era chofer, por muchos años trabajó para el Puerto de Liverpool (ahora Liverpool). Al tener una buena relación con su patrón, lo ayudó durante la segunda guerra mundial, cuando el gobierno mexicano pensaba que los japoneses y otros extranjeros, eran espías de los nazis, y así fue como no se llevaron a la familia de mi abuelo al campo de concentración en Perote, Veracruz. Aquí un poco más de información por la BBC.

Toda su vida vivieron en Ciudad de México, mi abuelo nunca pensó en mudarse a otro lado, conocía la ciudad perfecto y manejaba por todos lados. Manejó hasta los 95 años. ¿Se imaginan?

Mi abuelo trabajó desde los 13 años, su papá lo sacó de la secundaria por no tener buenas notas en la escuela y ni modo, se puso a cargar tablas. Después trabajó para un señor que vendía telas en el centro histórico, sobre la calle de Argentina, en donde él decía: “Pásele, pásale para que le hagan su traje sastre”.

A pesar de las condiciones en las que nació y vivió mi abuelo logró muchas cosas increíbles, hice una lista de datos curiosos e interesantes que me sorprendieron:

  • Estudió radio y televisión por correo. Sí, por correo postal.
  • Fundó su propia empresa en 1971, después de 30 años de trabajar para alguien más. Toda su vida la dedicó a las ventas de la industria zapatera, de los primeros en traer máquinas de Italia y Alemania para León, Guanajuato.
  • Era muy buen vendedor, tan bueno que en la última empresa que estuvo recibió un cheque mayor al hijo del dueño y lo acabaron liquidando, “no les convenía que ganara más que ellos”.
  • Estudió francés e inglés. Teníamos conversaciones en nuestros desayunos. Se certificó con el B1. Resguardamos sus apuntes y diccionarios.
  • Compró muchos terrenos, pero entre los mas interesantes: Un terreno en puerto cañaveral, muy cerca de la NASA en Florida.
  • Ahorró hasta su último día de vida. 10% de todos sus ingresos desde que trabajó. Y con sus primeros años de ahorro decidió emprender un viaje de 1 año a sus 26 años para conocer Estados Unidos, recorrió Chicago, Nueva York, Pensilvania entre otros estados. Se quedaba en el YMCA e hizo muchos amigos. Él quería trabajar en un periódico, porque le gustaba la historia y le encantaba la fotografía. Sacó su Social Security y estuvo en espera de su Green Card, pero como tardaba mucho prefirió regresar a México.
  • Tenía un carácter muy especial y cuando algo no le parecía no decía nada. Jamás, a pesar de su edad, lo vi quejándose.
  • Jamás me dijo que estaba aburrido. Leía mucho el periódico, disfrutaba de películas, sobre todo le interesaban los documentales de guerras.
  • Le encantaba ir a museos y exposiciones. Disfrutamos muchas juntos.
  • No era fan de la comida japonesa, pero después de que mi abuela se murió, cada fin íbamos a comer. Se volvió su comida favorita.
  • Amó y respetó a mi abuela. Si se separaban por trabajo, le mandaba cartas, desde que llegaba al hotel hasta su partida. Es increíble el amor y el respeto que se tenían. — Aún las preservamos-
  • La honestidad y el trabajo siempre fueron sus valores más importantes, los que le enseñó su papá y los que siempre nos transmitió a nosotros.
  • Siempre fue congruente, con lo que pensaba, con lo que decía y con lo que hacía. Siempre.
  • Fue a la Feria Mundial de Seattle de 1962 en su décimo aniversario de casados. — Compartimos el mismo interés por la tecnología.
  • Jugó Frontenis desde jóven. El ejercicio y su jugo de naranja diario lo mantuvieron en muy buena condición hasta sus 95 años.

En verdad me siento muy afortunada de haber sido su nieta y de haber convivido tanto con él.

Hoy quiero dejar un poco de él, un poco de su historia y un poco del amor que me dió con el fin de compartir este mensaje con ustedes y de que disfruten a sus abuelos quienes todavía los tienen y quienes no, hónrelos. Después de 4 años que empecé a escribir este post, he decidido terminarlo y publicarlo hoy.

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